
Estoy viviendo mi propia pesadilla,
vacíos de soledad tapados con lágrimas de mis ojos;
desapareció de mi visión el color dorado mantequilla
y a mi alrededor una jaula cerrada con miles de cerrojos.
Huye de aquí mi adorada inteligencia
que me acompañarán la decepción y la mediocridad
antes de que te corrompa la demencia
que ya logró cambiar aquella seguridad.
El arrepentimiento llegará, no te preocupes;
estaré muy bien acompañado, eso creo;
acuérdate de mi si es que al cielo subes
aunque sepa que en ese lugar yo ya no me veo.
Decisiones que te cambian la vida,
no sabes si para bien o para mal,
pero que al final te corroe como el sida
y te deja sin salida como cerdo que va al camal.
Pero algún día sonreiré de mi destino
porque no me quedaré en el sollozo
pues retendré lo que gané y ganaré con mucho tino
y lo mantendré como un niño celoso...
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